Luego de que las autoridades detectaron un puesto de tacos en la Feria de Puebla que comercializaba la orden en 250, procedieron a la clausura, pero mágicamente volvió a abrir.
Las autoridades actuaron con rapidez y clausuraron el negocio, pero la sorpresa fue que reabrió como si nunca hubiera pasado nada.
Ni rastros de los sellos, ni multas, ni discursos de “proteger al consumidor”, siguen comercializando su comida y de acuerdo con denuncias ciudadanas, al mismo precio.
La gente se cuestionó que son precios exorbitantes, hechos para gente que no tiene problema en gastar hasta mil pesos en cuatro órdenes.
Según los quejosos, hicieron un exhorto a las autoridades para ejercer revisen y verifiquen que respeten los precios y sean accesibles al público.
Rafael Rivera