En Puebla, los baches han sido un dolor constante para los ciudadanos, pero también una herramienta política útil para las administraciones municipales. Pese a los cambios de gobierno, los hoyos en las calles siguen presentes, y los datos oficiales sobre su atención son tan escasos como el asfalto duradero.
El “dragón” en Puebla: pavimentación y bacheo
Un aspecto relevante del mantenimiento vial en Puebla es el uso del llamado “dragón”, un equipo compacto diseñado para infiltrar y compactar material en calles y baches.
Durante la administración de Enrique Doger Guerrero (2005–2008), el “dragón” se utilizó principalmente para pavimentar calles completas, aplicando carpeta asfáltica nueva en tramos enteros. Esta técnica permitió rehabilitar vialidades a mayor escala, con resultados más duraderos que el simple bacheo.
Posteriormente, en la gestión de Tony Gali Fayad (2014–2018), el uso del “dragón” evolucionó hacia un esquema mixto de bacheo rápido y relaminación, enfocado en cubrir más puntos en menos tiempo, aunque con menor alcance de pavimentación integral.
Esta evolución refleja cómo la misma tecnología puede ser utilizada con objetivos diferentes según la administración y su estrategia vial.
Claudia Rivera Vivanco (2018–2021): sin cifras y con críticas
Durante su gestión como presidenta municipal, Claudia Rivera enfrentó severas críticas por el deterioro de calles, avenidas y accesos. Sin embargo, no existen cifras oficiales públicas sobre el número de baches tapados ni el presupuesto destinado al mantenimiento vial.Tampoco se conocen informes detallados por colonia o contrato alguno relacionado con una estrategia integral de bacheo. Lo que sí fue evidente fue el mal estado de vialidades reportado por los ciudadanos en redes sociales durante su trienio.
Eduardo Rivera Pérez (2021–2024): sin claridad documental
Al asumir el cargo, Eduardo “Lalo” Rivera prometió mejorar la infraestructura urbana. No obstante, al igual que su antecesora, no se transparentaron cifras verificables sobre cuántos baches se atendieron, ni se hizo pública una base de datos sobre zonas intervenidas o montos ejercidos.En su momento, se lanzaron campañas como el “Bachetón”, aunque sin un padrón técnico o corte cuantitativo final. Ciudadanos y usuarios reportaron en redes que el mantenimiento fue irregular y que muchas vialidades quedaron sin rehabilitación completa.
José “Pepe” Chedraui (2024–actualidad): cifras, contraste y contradicciones
A 100 días de su gobierno, el actual alcalde de Puebla, Pepe Chedraui, reportó haber tapado 3,600 baches. En mayo de 2025, esa cifra superó los 50,000 baches atendidos según boletines y declaraciones del propio Ayuntamiento.
Además, anunció una inversión de 110 millones de pesos para reparar más de 220,000 baches este año. La estrategia se ejecuta en coordinación con el Gobierno del Estado, mediante un “Bachetón 24/7” que trabaja por cuadrantes en distintas colonias.
Sin embargo, el contraste llegó desde sus propias palabras. Durante su campaña, Chedraui había prometido que su administración se centraría en pavimentar calles y relaminar vialidades, no simplemente tapar baches. Incluso llegó a declarar que “el bacheo es una solución temporal que no resuelve el problema de raíz”.
Hoy, con miles de baches parchados pero sin un padrón público actualizado por colonia, la realidad va en sentido contrario a la promesa: se está bacheando, no pavimentando.
La constante: opacidad y falta de rendición
Hasta el momento, ninguna de las tres administraciones ha publicado de forma transparente una base de datos pública con:Número total de baches atendidos, Calles intervenidas por año, Contratos y montos por colonia.
Tampoco existen informes técnicos accesibles que detallen si se trató de bacheo superficial, relaminación o pavimentación completa. Esta falta de datos limita la capacidad de la ciudadanía para auditar el uso de recursos y verificar resultados.
En Puebla, el bacheo ha sido más visible como discurso que como solución de fondo. Las cifras que sí se difunden parecen más bien campañas de legitimación que estrategias técnicas. La ciudad sigue parchada, literal y políticamente.
Renata Vázquez