El jueves, en el Senado, integrantes del partido Morena realizaron un ejercicio, que decidirá la justicia en México. No se trató de una elección, en el que los senadores emitieran su voto. Se trató de un sorteo a través de una tómbola, si, lo escucho bien, una tómbola.
Los integrantes de Morena le llaman al sorteo, proceso de “insaculación”, y es uno de los métodos preferidos del actual régimen para la elección de varios puestos.
Mediante la tómbola, se eligió a los aspirantes a juzgadores, es decir, los nombres que aparecerán en una lista, y que el próximo 1 de junio serán votados por “el pueblo”.
Un total de mil 239 personas se registraron para buscar un puesto en el Poder Judicial de la Federación y tras más de seis horas, se definieron los nombres para los cargos de jueces y juezas de Distrito, magistraturas de Circuito, magistraturas para salas regionales y de la Sala Superior de Justicia.
Mientras se realizaba la tómbola, el presidente del Senado, el petista y aplaudidor del expresidente Andrés Manuel López Obrador se jactó del proceso y dijo “no hay poder humano que pudiera detener la elección del Poder Judicial”. Además, presumió que “no hay recurso legal que pueda detener la elección a estas alturas, no han podido y no podrán”. ¡Que forma de sentirse superiores y pisotear las leyes! Luego, una vez determinada la lista de personas que buscan un cargo judicial, harán la farsa de que el pueblo los eligió.
Para ello, recurrieron al INE, institución que organizará la elección de jueces y magistrados y emitirán la boleta, para que en una elección, los mexicanos que acudirán a votar, definirán a las autoridades que dicten la justicia en el país.
En esa lista se registraron personas sin experenciencia en campo judicial, amigos, familiares y parientes de morenistas. Los vínculos de los aspirantes estan mas cargados hacia Morena, es decir, que las decisiones que tomen, pudieran ser imparciales y en muchos casos, incorrectas, ya la mayoria carecen de la preparación académica y profesional en materia de justicia.
Aunque el principal argumento de la reforma al Poder Judicial aprobado por la mayoría de Morena se sustentó en que existía corrupción y servía a los intereses de los ricos. Ahora, será peor, pues las decisiones de la justicia puedan estar sesgadas a favor de los intereses de Morena y la 4T, es decir, quien critique, puede ser sancionado. ¡Tienen el poder!
Un juez y magistrado debe disponer de años de preparación, ser imparcial y con un gran sentido de la ética, cuyas decisiones impliquen garantizar justicia para las víctimas. Pero, como le gusta a Morena, ahora, basta, según ellos, con que defiendan al pueblo. Nada más equivocado, pues el pueblo también se puede equivocar.