El presupuesto de egresos para México fue aprobado la semana pasada con apenas algunos cambios. En otras palabras, corresponde al presupuesto que envió Hacienda y desde luego, la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tendrá recursos por 10.1 billones de pesos, un incremento del 5.9 por ciento con respecto a este año.
Para lograr la meta de recursos, el gobierno recurrió al cobro de nuevos impuestos y deuda. En el caso de los nuevos impuestos, justificaron que incentivara la disminución al consumo de productos nocivos para la salud, como es el caso de refrescos y bebidas azucaradas, es decir, que consumirán menos. Pero esto no necesariamente es así, pues si alguien quiere un refresco o sueros, simplemente, tendrá que pagar más.
Además, para el presupuesto de 2026, 7 de cada 100 pesos provendrán de deuda, luego de que los diputados y senadores aprobarán la contratación de deuda. Y es que de los 10.1 billones de pesos, 17.6 por ciento provendrán de financiamiento interno. Lo aprobado previamente en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2026 es de 1.78 billones de pesos de techo de endeudamiento interno.
Frente a esta realidad, es necesario hacer algunas precisiones. En el discurso oficial se afirma que el país recaudará más recursos si aplica impuestos a otros productos, pero la mayoría corresponden al consumo. De acuerdo a datos del propio gobierno, espera recaudar 75 mil 290 millones de pesos, un aumento del 73.8 por ciento con respecto a este año, cuando proyectó recaudar 43 mil 330 millones de pesos.
Por otro lado, ha implementado una campaña contra algunos empresarios, en concreto, contra el dueño del grupo Salinas, es decir, Ricardo Salinas Pliego, quien es señalado de adeudar al fisco más de 30 mil millones de pesos. Quien coincidentemente, ha criticado a los gobiernos de la Cuarta Transformación, de ineptos y corruptos.
Así, la presidenta sostiene que los impuestos a los productos, como bebidas azucaradas, videojuegos violentos, tabacos, entre otros incrementará la recaudación de recursos, sumado al cobro -de la cual ha recurrido al nuevo Poder Judicial- a algunos empresarios, México dispondrá de mayores recursos.
Sin embargo, como el propio Presupuesto de Egresos lo notifica, miles de millones de recursos son destinados a programas sociales, a pensiones, a atender las deudas de Petróleos Mexicanos, a becas, etc.
Aunque en obra pública, salud, educación, carreteras e infraestructura a favor de las mayorías se dice poco.
Pendiente esta la aplicación de una reforma progresiva para las grandes fortunas y en el que el propio gobierno de la Cuarta Transformación se ha negado a aplicar. Por lo tanto, como ha ocurrido y que durante 2026 no será la excepción, los mexicanos de menores ingresos, los mas pobres, son quienes pagarán mas impuestos. Mientras que los más ricos, no.
