El Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) ya fue. Lo que conocimos como una de las instituciones que, junto a la sociedad civil, pugnó por que la información pública se transparentará, no solo en el gobierno de la “Cuarta Transformación”, sino en anteriores,quedo atrás. Los senadores avalaron su desaparición como órgano autónomo y ahora sus funciones las asumirá la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno.
Es cierto que parte del argumento, principalmente del expresidente Andrés Manuel López Obrador, fue que el INAI junto a otros organismos consumían miles de millones en presupuesto. Es decir, eran caros, según López. La presidenta Claudia Sheinbaum siguió por el mismo camino y terminó dando el golpe final, incluso, en una de sus conferencias criticó que se haya usado a la institución para solicitudes de información “banales”.
Los aplaudidores del régimen, como seudoperiodistas, “lideres de opinión” e integrantes de la 4T se sumaron a la embestida y respaldaron la propuesta de López Obrador y de Claudia Sheinbaum.
Queda la pregunta ¿Al nuevo régimen le inconforma e incómoda que se le demande transparencia?
Transparencia en los contratos públicos, transparencia respecto a en qué se gasta el presupuesto, quienes deciden en qué se gasta y cómo. No les gusta que se evidencie la corrupción que existe en programas sociales, las mega obras o deplano, dónde se va el dinero. O incluso, como no gastan o invierten en servicios públicos, no tienen nada que informar.
Pero la transparencia no es la única que saldrá perdiendo. El INAI también luchó por el resguardo de los datos personales de millones de mexicanos. A través de un amparó, evitó que el gobierno de López Obrador solicitara datos biométricos para la realización de algunos trámites gubernamentales.
Pues bien, mientras avalaron la desaparición del INAI y otros órganos autónomos, en el Diario Oficial de la Federación se publicó el decreto por el que se creó la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT).
Aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum justifica la creación de esta nueva agencia como una necesidad debido a los tiempos actuales, en la que la mayoría del trabajo y tramites necesariamente se requiere de la tecnología.
“Formular y conducir las políticas de inclusión digital, gobierno digital, informática, tecnologías de la información, comunicación y telecomunicaciones de la Administración Pública Federal”, según la justificación publicada en el DOF.
Otras de las funciones que tendrá la dependencia a cargo deJosé Antonio Peña Merino es la elaboración de las políticas de telecomunicaciones del gobierno federal.
Pero en esto, llama la atención que la nueva agencia tenga como actividad “La adopción y uso de la identidad y ciudadanía digital”. Esto no se entiende mas que, el gobierno ahora si, dispondrá de todos los datos de los mexicanos, los cuales van desde dirección, teléfono, estudios, propiedades y hasta cuentas bancarias.
Y es que, según señala, la identidad digital se integrará a un “sistema de servicio nacional de identificación personal, en colaboración con la Secretaría de Gobernación”. Así como la “gestión de bases de datos que permitan interoperar los sistemas nacionales y de la Administración Pública Federal con el Registro Nacional de Población”. Salvo que la agencia y el gobierno expliquen de que se trata, surge la duda: ¿Nuestra información estará en las manos de la 4T?
Tal parece que se cumple la idea que George Orwell planteó en su libro “1984”.